La decisión de sumar un integrante más a la familia es muy importante y no debe tomarse a la ligera. Por eso sentía que debía ser responsable, sincera conmigo misma y evaluar en forma previa si tenía las condiciones necesarias para la nueva bienvenida. En mi caso personal, no las tenía, y esa fue la principal razón por la cual demoré tanto en hacerlo.
Y si me preguntas “Gise, pero tenías realmente ganas de tener un perrito?” La respuesta era “Si, claro que sí!” Ganas tenía al 100% de mi capacidad humana, del solo hecho de imaginarlo el corazón se llenaba de felicidad. Pero antes que en mi felicidad, debía pensar en la felicidad del otro, en este caso, del nuevo integrante.
Simples pero muy importantes pasos
Porque la decisión de sumar un integrante a tu familia es como un antes y un después, solo hay dos pasos:
Paso 1: decidir tenerlo
Paso 2: llega a tu hogar
Y cuando llega a tu casa, en ese preciso momento se materializa tu decisión. Realmente “cae la ficha” de que ahora hay alguien más, de que tu familia se agrandó, y que ya no volverá a ser como antes. Porque todo cambia, tu vida cambia, tus emociones también, todo tu mundo se revolucionará con su presencia.
Y Paso 3: … y ahora que hago con esta perrita?
Sí, claro que sí! También me lo pregunté. Y les confieso que al principio me desesperé un poco. Si bien yo siempre tuve perros en mi infancia, esta es la primera vez en mi vida que tenía un perro propio a mi cuidado exclusivamente. Bueno, en realidad, cuidado compartido con mi marido. Pero, aun así, para ambos era “nuestra primera vez de tener perro propio”
De un momento para otro se pasa de ser dos, tener tus tareas ordenadas y tener tu casa ordenada a una bolita pequeña peluda que se mueve, ladra, demanda cosas y que tiene tanta energía contenida como también amor para dar.
No hay políticas de cambio
Por favor hay que recordar que, en estos casos, no se aplican la frase: “Estimado cliente. Si no está conforme puedes devolverlo antes de los 30 días”. Si bien lo digo con tinte gracioso, esconde una gran verdad.
No podemos devolver a esa criaturita. Interna y emocionalmente uno hace un compromiso con ese ser vivo, ya sea un perrito, un gato, un ave, etc., por eso debes velar por él y brindarle el amor y cuidados que necesite.
La mascota debe tener sus necesidades físicas cubiertas, y además atención, tiempo y mucha paciencia de parte nuestra para su cuidado durante los primeros meses.
Mi situación personal
Una de las cosas que me detenía es que tanto mi marido como yo, no teníamos el tiempo necesario para cuidarlo, ni tampoco el espacio adecuado para tenerlo. Realmente se me estrujaba el corazón de tan solo saber que el animalito iba a estar por su cuenta desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde… 12 horas de soledad es mucho para un cachorrito.
Pienso que un animalito necesita espacio cómodo, medios necesarios para el cuidado, buena alimentación y lo más importante tiempo, amor, dedicación, comprensión y muchas caricias.
Porque una mascota no es solo una mascota, sino un integrante más de nuestra familia.